domingo, 27 de diciembre de 2009

EL FANTASMA DEL DÍA DESPUÉS DE NAVIDAD

Los profesores y profesoras son personas comunes y corrientes que tienen hijos, familia, amores, deseos, y pasan los días antes de Navidad esperando el ansiado aguinaldo, entre sonrisas por los pasillos de algún colegio se preguntan – ¿yyyy… cuándo?, sigilosamente como si fuera un gran pecado preguntar, no… no se puede… se debe fingir que todo está bien, mientras entre los papeles interminables que hay que dejar para el año siguiente, planificaciones, cronogramas, deben revisar las actas, todo debe estar hecho, listo y bien, si quieren tener vacaciones, ¡¡o si nooo…!! Deberán venir en Enero. ¿Cómo? si además hay que cumplir con algún cursillo que se supone muy útil para hacer mejor las clases, del cual no tenemos idea hasta después del 28 de Diciembre fecha en que se deja caer el temido y no bien ponderado, “Fantasma del día después de Navidad”.
Los profesores se miran finamente, ya sin preguntar, parece que todo estuviera dicho, algunos detienen sus comentarios cuando uno en especial se acerca, éste siente algo raro en el ambiente, no se atreve a preguntar a nadie, cada vez se fija más y más en la forma de actuar de sus colegas, sus pares, sus ¿amigos?... nadie dice nada, eso resulta peor aun, la duda se apodera de él o de ella, teme que esta vez le toque ese temido fantasma, pero sigue adelante, fingiendo que nada pasa, riendo incluso, haciéndoles creer que nada importa y así participa del “amigo secreto” el regalo que se hace más por obligación que por cariño, pero pobre de aquel que decida no participar, o que diga algo en contra de dicha especial tradición.
En fin, todos se despiden alegremente, deseándose felicidad, paz y amor, algunos sacan cuentas si el aguinaldo era lo esperado o no, pero son cautos nadie puede enterarse que tienen dudas, o si el bono SAE se pagará o no?, cada uno va a sus hogares y disfruta de la Navidad, ríe con sus hijos, sus padres, esposo/a y toda la familia feliz.
Lamentablemente el profesor, ríe sin reír, disfruta sin disfrutar, por dentro la duda lo atormenta, no quiere pensar el ello, pero ahí está, sin dejarlo ni un solo minuto, hasta que por fin llega el Día “D”.
El 28 de Diciembre, llega al colegio, haciéndose el fuerte, aunque quiere llorar…, comienza el calvario, el director está llamando a los profesores, los demás están expectantes…, casi nadie habla, es difícil, la garganta está apretada, el profesor/a se acerca a la puerta de la dirección, toca, al interior, parece que la oficina se hubiera agrandado, la distancia se hace mayor, sentado frente a él está el temido “fantasma del día después de Navidad”, recibe el sobre, hace que escucha a esa persona que habla y habla, parece no entender, no escucha, estrecha su mano temblorosa… si casi pareciera decir gracias, o pedir perdón. Su mundo, sus adorados niños y niñas, su amado trabajo se acabó.
Sale del recinto, pensando… quizás si hubiera dicho… o tal vez hecho…, nooo, entonces es por… no por mi trabajo, si no por…
Con la frente en alto, se despide de sus colegas, -nos veremos, si necesitas algo, bueno aquí estaremos, su alma grita -¡necesito mi trabajo, nada más!... Esboza una sonrisa, alguien lo acompaña hasta su casillero, retira las pocas cosas que le quedan y emprende camino al desierto, al árido desierto de la incertidumbre, donde reina la inseguridad, donde los amigos desaparecen, donde estás en la más absoluta Soledad, donde te llevó "El fantasma del día después de Navidad”
FIN

1 comentario:

  1. Cualquier parecido con la realidad, es tan solo eso, un parecido o una realidad.

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